
El arte (italiano) en la era de los videojuegos
Por Pau Waelder
Entre los eventos colaterales de la 54ª edición de la Bienal de Venecia destaca el proyecto Neoludica. Art is a game 2011-1966, que se divide en dos exposiciones acerca del encuentro entre el arte y la cultura de los videojuegos, una en la Sala dei Lanieri, en Venecia, y la otra en la ciudad de Mestre, en la península. En el presente artículo examinaremos la muestra que aloja la Sala dei Lanieri, una selección de obras de arte y videojuegos de diversos artistas italianos (nacidos o residentes en Italia).
Bajo el provocador título ITALIANS DO IT BETTER!!!, los comisarios Matteo Bittanti y Domenico Quaranta han reunido en el reducido espacio veneciano un conjunto de obras de Matteo Bittanti + IOCOSE, Marco Cadioli, Mauro Ceolin, Damiano Colacito, Les Liens Invisibles, Miltos Manetas, Eva & Franco Mattes aka 0100101110101101.ORG, Molleindustria, Antonio Riello, Santa Ragione, Federico Solmi, Stefano Spera, Tonylight, Vjvisualoop, Carlo Zanni y el dúo Tale of Tales. Los comisarios definen la exposición como “un Pabellón Italia alternativo” que recuerda que:
“Desde los noventa, los artistas italianos han demostrado un precoz e inédito interés en el encuentro con los videojuegos: anticipando fenómenos como el cine videolúdico del machinima (Manetas), las producciones independientes (Riello, Molleindustria), y el auge de la diversión electrónica como forma de ocio de las masas.”
Sin duda, la cultura de los videojuegos ha sido una fuente de inspiración particularmente fructífera para los artistas italianos, y un tema que han estudiado ambos comisarios durante años, lo cual justifica una selección tan “nacional”, a tono con los criterios que rigen en la Bienal de Venecia. Los organizadores de la muestra son conscientes de esta particularidad:
“El título cuestiona la propia idea de «italianidad» en la segunda década del siglo veintiuno, considerando que una buena parte de los artistas involucrados en el proyecto hace tiempo que dejaron el país para instalarse en el extranjero. Se trata de la primera retrospectiva y muestra colectiva de los artistas italianos que trabajan con el medio videolúdico organizada en Italia.”
De hecho llama la atención que, como afirman Bittanti y Quaranta, sea esta la primera retrospectiva de artistas italianos en Italia, dada la excepcional actividad que se ha producido en la península en este campo (en especial la Lombardía, hogar de numerosos artistas que han desarrollado destacados trabajos en el ámbito de los videojuegos y entornos virtuales como Second Life). La muestra, por ello, merecería un espacio de mayores dimensiones y mejores condiciones expositivas de lo que puede ofrecer la Sala dei Lanieri, un espacio que se ha acondicionado de la mejor manera posible pero con evidentes limitaciones de recursos. Estas limitaciones no impiden, no obstante, que la muestra sea interesante y muy completa en su exploración de las aportaciones italianas al Game Art: en las diversas aproximaciones que hacen los artistas, se puede apreciar el uso del videojuego como soporte para una creación artística independiente (que se proyecta en otras disciplinas como la fotografía o el cine), como estructura narrativa (incidiendo en la interactividad), como cultura o fenómeno social y simplemente como inspiración para una obra de arte lúdica.
Miltos Manetas, SuperMario Sleeping (1998). DVD a partir de SuperMario para Nintendo 64.
El videojuego como soporte
Entre los primeros usos que hicieron los artistas de los videojuegos está el de emplear sus recursos para generar obras que aprovechan sus posibilidades narrativas, más allá de las intenciones originales del juego. Pionero en este campo (y precursor, como indican los comisarios, del machinima) es Miltos Manetas, quien en Untitled (Lara Croft) (1998) y SUPERMARIO SLEEPING (1998) practica un détournement de sus tareas como jugador y lleva a los personajes del videojuego a ejecutar acciones contrarias a la lógica del mismo o bien los deja inactivos, explorando la estética y el potencial narrativo de los entornos virtuales en piezas que hacen referencia al vídeo arte. De manera similar, Marco Cadioli recorre (casi una década más tarde) diversos juegos y entornos virtuales como un fotógrafo o reportero, buscando plasmar en imágenes fijas los aspectos más interesantes de su experiencia como jugador. En Arenae (2005) emula el trabajo de Robert Capa y sus famosas fotografías del Día D en Normandía. La similitud de las imágenes captadas por Cadioli con las que nos ofrecen los medios de comunicación nos lleva a plantearnos hasta qué punto estas se han hecho icónicas y, hasta cierto punto, fictícias.
Damiano Colacito, Cold meal power-up, 2006. Madera, Scotchprint3M, 35 x 45 x 15 cm.
Cultura videolúdica
Pese a buscar un uso alternativo de los videojuegos, los trabajos de Manetas y Cadioli no dejan de hacer referencias explícitas a los títulos en los que han creado sus obras. La particular estética y los códigos de los videojuegos marcan una cultura propia, que es claramente identificable (en especial para los aficionados, pero cada vez más para el público en general) y puede ser utilizada como tal por los artistas. El colectivo Les Liens Invisibles, retoma en cierta manera a Manetas en The Game Is Over (2009), un vídeo en el que vemos el Ferrari Testarossa del popular juego OutRun (1986) circulando marcha atrás mientras el conocido mensaje “Game Over” y una música melancólica nos señalan que no hay posibilidad de interactuar con la pieza, sólo reflexionar sobre ella a modo de memento mori. Al emplear un juego de los 80, la pieza juega con una cierta nostalgia y evoca así, más que el juego, la cultura que lo rodea. La estética del videojuego se traslada del mundo virtual al físico en el trabajo de Damiano Colacito, quien en piezas como Cold meal power-up (2006) reproduce elementos extraídos de diversos títulos de acción en forma de esculturas a tamaño real. Estos elementos, que tienen aspecto de objetos reales, adquieren una doble lectura puesto que en la lógica del juego tienen una función concreta (por ejemplo, mejorar la salud del personaje) y suponen una imitación dos niveles por debajo del objeto al que se asemejan.
Mauro Ceolin también traslada lo virtual a lo escultórico en CARTRIDGEdream (2005 – 2008), una serie de cartuchos de la consola GameBoy que el artista combina con piezas de los robots de la serie Gundam y textos de correo basura, evocando la posibilidad de una forma de vida artificial, derivada de la cultura del entretenimiento. La estética de los videojuegos también inspira obras como Douche Bag City (2010), una serie de vídeos de animación en los que Federico Solmi reproduce con un estilo personal la dinámica de juego de diversos títulos; Grand Theft Auto (2009), pintura al óleo de Stefano Spera que contrapone el mundo virtual del personaje con el real del jugador; o Space LED (2009) de Tonylight, que evoca la sencillez formal de los primeros videojuegos. Cerrando este apartado, cabe destacar el trabajo de Vjvisualoop, quien aporta una reelaboración de la estética del videojuego fusionada con la música electrónica en vídeos como What I Believe (2010).
Narraciones interactivas
Videojuegos experimentales
My Generation de Eva and Franco Mattes aka 01.ORG en Vimeo.
[…] art critic Pau Waelder just posted a long review on Italians Do It Better!! on the blog Arte, Cultura y Innovacion, supported by the LABoral Centro […]